jueves, 13 de septiembre de 2012

te desespera no saber decir

Suave, se extiende imortal la página en blanco, invitando a ser escrita, a que se le de vida, relieve. Y vos ahí, con tantos pensamientos danzando entre tus venas, con tantas sensaciones burbujeando por dentro, con esa incapacidad de definir. La noche azul, con su brisa fresca te abraza, y esa imperiosa necesidad de decir te arrebata, te transporta, te exige que hables.
¿cómo se empieza? ¿Con qué palabras se explica? ¿Cómo se resume eso que sentis? ¿Existen palabras capaces de definir?...
Y te soltás frente al abismo, abris el cuerpo como si te brotaran alas, sin pensar en lo que viene... y escribís, volcando todo ese peso en dos palabras:

"Te quiero".

Y como si fuera producto de algún artificio mágico, poco a poco, volvés a respirar.