miércoles, 4 de agosto de 2010

si tan sólo pudieras hablar sin herir...

por un momento creí inútilmente, que discutir era la manera de hablarnos...
que cuando me decías "te detesto", en el fondo era un "te quiero"...
que mientras hablábamos del blanco o negro, en realidad daba lo mismo...

Por un momento hasta me ilusioné, y pensé que las canciones que me cantabas al oído todas las mañanas, escondían tus sentimientos...

QUÉ CIEGA FUI, QUÉ SORDA, QUÉ IDIOTA...

si siempre fuiste igual, por qué habrías de cambiar para mí?

3 comentarios:

  1. El triste error que cometemos las personas de intentar cambiar a los demás o pretender que ellos lo hagan por su cuenta. Supongo que eso es más fácil que aceptar a los demás como son, cuando no son tan compatibles con nosotros.

    ResponderEliminar
  2. tal cual muchacha. Es que a veces la ilusión de estar con el otro te ciega...
    muchas gracias por darte una vuelta siempre :)

    ResponderEliminar
  3. No hay nada que agradecer, es lindo el intercambio de palabras, ideas y opiniones que genera un espacio como el blog; está bueno que compartamos cosas así, los interesados =). ¡Saludos!

    ResponderEliminar