viernes, 19 de noviembre de 2010

Natura sabe de remedios

es el viento quién termina por decorar con magia esta tierra.


Cuando la ciudad satura tus oídos, no existe mejor alivio que la fuga hacia lo perdido, donde el silencio reina entre el perfume a tierra, a vida, y esconde al mismo tiempo, un mundo de sonidos ajenos al asfalto.
Y qué tal si nos proponemos escapar cada tanto, y vaciar la mente de voces, de gritos, de bocinas. Te quitás los zapatos, las medias, y dejás que tu cuerpo sienta y se vuelva raíz... que se enchastren tus pies, que se mojen, que se pinchen, pero que no dejen de sentir. La cabeza necesita un respiro, y nuestro cuerpo también.

1 comentario:

  1. Miro esa foto y me dan unas ganas de estar en un lugar así (L). Al cuerpo y al alma le vienen bárbaras unas escapadas a lugares así de vez en cuando.

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